Esta enfermedad se produce por la ingesta de hongos o de frutas silvestres no comestibles que contienen sustancias tóxicas o no se encuentran en buen, estado como los mariscos y la carne de cerdo; del uso de algunos medicamentos, laxantes en especial; el exceso en comidas y bebidas o por el contagio de persona a persona, mediante la preparación de los alimentos, ante esto la mejor prevención es el lavado frecuente de manos.
Detalló que los síntomas de estas enfermedades son la pérdida del apetito, náuseas, diarrea abundante, vómito y movimientos intestinales con dolor abdominal, así como fiebre y extrema debilidad; "la diarrea y los vómitos originan una rápida pérdida de líquidos que pueden ocasionar deshidratación grave, lo que altera la función química del organismo; además, afecta la función del hígado y de los riñones si no se atiende oportunamente" recalcó.
Gómora Culberth explicó que la sintomatología de este tipo de enfermedades es muy similar a la de una apendicitis, por lo que es importante no automedicarse y acudir al médico para el control y el seguimiento del padecimiento; "si los síntomas persisten por más de tres días, el médico indicará la identificación del agente etiológico mediante exámenes de laboratorio y prescribirá el tratamiento adecuado", señaló.
Es importante tener mayor cuidado en los niños menores de 5 años y en los adultos mayores, ya que el riesgo se incrementa, por lo que para evitar esta enfermedad sugirió lavarse las manos después de utilizar el sanitario y antes de comer, no consumir alimentos en lugares poco higiénicos, tomar agua hervida o debidamente purificada, tapar adecuadamente los depósitos de basura, evitar la proliferación de insectos nocivos como moscas y cucarachas en las alacenas de alimentos, lavar y desinfectar perfectamente las frutas y verduras y refrigerar adecuadamente los alimentos, concluyó la especialista.
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