Mas noticias en http://noti.mx ...me dio vueltas 23 - Mayo - 2011
La deuda de los estados y los municipios ha observado un fuerte incremento,
particularmente de 2008 a la fecha, y ya se presentan signos preocupantes en
algunas entidades.
La tendencia está relacionada con la grave caída que tuvieron en los últimos dos
años las participaciones federales. Estas representan más del 90 % de los
ingresos de los gobiernos locales. A ello se suma el bajo potencial recaudatorio de
los gravámenes locales y la poca capacidad contributiva de muchos estados y
municipios, derivada de la debilidad de sus economías.
Además, la administración y la responsabilidad tributaria estatal y municipal son
deficientes, salvo honrosas excepciones. Así lo demuestra la baja recaudación de
impuesto predial, cobrado por los municipios, y la reducida aportación al erario de
los impuestos locales.
Existen evidencias suficientes para afirmar que el pacto fiscal federal que nació a
principios de los años ochentas está agotado.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, la deuda de los estados y municipios
creció en casi 112 mil millones de pesos entre el 2009 y 2010. La cifra ya supera
los 314 mil millones de pesos.
A diciembre del 2006, la deuda total de los gobiernos locales, sin compromisos
financieros adicionales u ocultos, equivalía al 1.7% del PIB. Hoy, representa el 2.4
% del PIB y el 71.8% de las participaciones federales que distribuye el Gobierno
Federal.
Adicionalmente, los compromisos financieros derivados de Proyectos de
Prestación de Servicios -los llamados PPS- suman otros 25 mil millones
aproximadamente, y falta considerar adeudos pendientes con proveedores y
contratistas, como los que han encontrado las nuevas administraciones de
Tlaxcala, Oaxaca y Guerrero, entre otras. Los PPS son un buen instrumento
alterno de financiamiento, en el cual tiene un papel importante el sector privado,
pero deben ser usados con eficiencia y previsión.
En el último trimestre del 2010 se registraron aumentos fuera de proporción en la
deuda de varias entidades: la de Veracruz creció más de 130%, la de Quintana
Roo se duplicó y la de Sonora aumentó más de 40 por ciento.
Los estados con mayor monto de endeudamiento, son el Distrito Federal, con 52
mil 530 millones de pesos; el Estado de México, con más de 38 mil millones, y
Nuevo León, con casi 34 mil millones. Esto sin contar PPS. Les siguen Jalisco,
Veracruz, Sonora, Puebla, Quintana Roo, Tamaulipas, Coahuila, Michoacán y
Chiapas.
En relación con el PIB estatal, los estados más endeudados, son Sonora, con el
5.5%, y Quintana Roo, con el 5.3 por ciento. Sin embargo, el indicador en el que
los riesgos se hacen más evidentes, es el endeudamiento en relación con las
participaciones federales. En este caso, la deuda de Quintana Roo representa ya
el 170% de sus participaciones, la de Nuevo León poco más del 166% y la de
Sonora casi el 133 por ciento. También presentan una situación delicada el DF y
Chihuahua, que deben más de 98% en proporción de lo que reciben, seguidos de
Veracruz, Coahuila, Michoacán y el Estado de México, todos ellos con más de 70
por ciento de su participación federal.
Por esta situación, es necesario que todos los gobiernos locales cuenten con un
Plan de Financiamiento del Desarrollo, así como un Programa Estatal de
Infraestructura, que incorporen estos instrumentos.
Mientras tanto, hasta que no haya una revisión a fondo del pacto fiscal, la
tendencia indica que las entidades federativas seguirán endeudándose.
Las participaciones federales de los estados continúan en un nivel inferior a 2008
en términos reales. Para abril de este año, estaban 3% por debajo de lo estimado,
y entidades como Campeche, presentan una contracción superior a 9% de sus
participaciones esperadas.
El promedio de 25 mil millones anuales en ingresos conjuntos procedentes de
excedentes petroleros no se alcanzó en el 2009 y 2010, ni se dará en el 2011. Si
las cuotas del IEPS de Hidrocarburos desaparecen el año entrante, las entidades
perderán más de 20 mil millones, sin contar la merma que supondrá la eliminación
de la tenencia federal.
Para amortiguar la reducción de ingresos, se recurrió a un préstamo bancario
común de 19 mil millones de pesos a fin de complementar el Fondo de
Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas. Previamente se había
modificado la Ley para que los estados pudieran usar como garantía el 25% de
dos Fondos del Ramo 33: el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social
Estatal y el de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas.
Hasta ahora, no se está atacando la causa profunda de los crecientes problemas
financieros de los gobiernos locales. Las soluciones instrumentadas incentivan el
endeudamiento, en lugar de una mayor eficiencia, transparencia del gasto y la
recaudación local, que es la más baja de la OCDE en términos relativos.
En lugar de resolver el problema de los pasivos de pari passus, que son las
aportaciones que los estados deben hacer a programas federales como el
FONDEN, se creó un Fondo de Reconstrucción en Banobras con Bonos Cupón
Cero, que significan más deuda.
Es momento de fijar límites a las atribuciones que tienen los gobiernos para
endeudarse, poniendo en riesgo de bancarrota a las finanzas estatales. Existen
iniciativas viables al respecto.
Un primer paso es fortalecer la transparencia, la rendición de cuentas y
observatorios ciudadanos del gasto público, como lo propone Coparmex. Es en los
estados y municipios donde hay una mayor opacidad y espacios para la
discrecionalidad en el uso de los recursos públicos.
Urge adecuar los esquemas de fiscalización institucional y que la ejecución del
gasto sea mucho más eficiente; que promueva la inversión y el empleo, junto con
el desarrollo regional en todos los ámbitos.
La revisión del Pacto Fiscal no debe ser diferida. En la negociación, es preciso
incluir un incremento del porcentaje de ingresos federales participables, ligados a
una rendición de cuentas efectiva, y también el otorgamiento de mayores
potestades y obligaciones recaudatorias.
Otra de las soluciones es la Ley de Asociaciones Público-Privadas, que
promoverían un crecimiento más acelerado y quitaría presión a las necesidades
de inversión de los gobiernos
Estamos a tiempo de evitar una crisis. La deuda total de estados y municipios
todavía no representa un riesgo sistémico inminente. Más que la situación
presente, el problema es la tendencia.
Desde la sociedad, provoquemos el compromiso de las autoridades federales,
estatales y municipales de transitar hacia un nuevo pacto fiscal federal. No
esperemos a que la situación se torne inmanejable; los efectos pueden ser
sumamente regresivos a nivel local y nacional. Es momento de fortalecer el
federalismo, con una visión de largo plazo.
Demandemos a nuestros legisladores y gobernadores que incluyan este asunto
toral en la agenda pública nacional. No permitamos que se pierda la oportunidad.
Un saludo afectuoso.
http://LosPasosDeLosPesos.vox.mx Los Pasos de los Pesos por César Castruita. Informació financiera.
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