En aquellos días, Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos; llegaron a Perge de Panfilia, y allí Juan Marcos los dejó y volvió a Jerusalén. Desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia, y el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron decir: "Hermanos, si tienen alguna exhortación que hacer al pueblo, hablen". Entonces se levantó Pablo, y haciendo señal de silencio con la mano, les dijo:
"Israelitas y cuantos temen a Dios, escúchenme: El Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo cuando éste vivía como forastero en Egipto, lo sacó de allí con todo su poder, lo alimentó en el desierto durante cuarenta años, aniquiló siete tribus del país de Canaán y dio el territorio de ellas en posesión a Israel por cuatrocientos cincuenta años. Posteriormente les dio jueces, hasta el tiempo del profeta Samuel.
Pidieron luego un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín que reinó cuarenta años. Después destituyó a Saúl y les dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador, Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias".
+ Meditatio
En este pasaje vemos lo importante que es tener un conocimiento profundo de las Sagradas Escrituras, pues éstas son el fundamento de nuestra predicación y de nuestro testimonio para los demás. Quizás uno de los motivos por los que no hemos logrado establecer en nuestro medio una cultura profundamente cristiana, es el hecho de que pocos cristianos realmente conocen la Sagrada Escritura. Esto hace que no haya un punto de referencia adecuado que haga prevalecer en un determinado momento los valores cristianos, e incluso que nuestro testimonio o nuestro diálogo con aquellos que no comparten nuestra fe, no encuentren un sólido fundamento. Dediquemos todos los días al menos 15 minutos para conocer la Sagrada Escritura, es decir, para conocer a Dios y su proyecto de amor para nosotros.
+ Oratio
Señor, quiero ser inundado por tu Palabra, te pido que satures mi mente, mis sentidos, mis reacciones con la luz que de ella procede, así, como tú mismo lo dices, procuraré obrar en todo conforme a lo que ahí está escrito, y sé muy bien que tendré tu favor y éxito en todo lo que emprenda. Gracias por habernos regalado el don de tener tus pensamientos y deseos escritos; gracias, pues sé que si los sigo estaré agradándote sin temor a equivocarme.
+ Operatio
Desde hoy haré un plan adicional de lectura, para que cada día pueda ir conociendo más de la Palabra y en algún tiempo pueda haberla leído completa.
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El Evangelio de hoy
Juan 13, 16-20
En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo:
"Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.
No lo digo por todos ustedes, porque yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo Soy.
Yo les aseguro: el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado".
+ Reflexión
El seguimiento de Jesús implica, como lo hemos visto, poner en práctica su palabra. En este pasaje, Jesús acaba de darles la mayor muestra de humildad y de servicio lavando los pies a sus discípulos. La invitación es a entender el signo y a ponerlo en práctica. Se trata de entender que la verdadera felicidad se encuentra en el servicio a los demás, y en la humildad; en no pensar que uno es mayor que los otros a pesar de nuestro puesto (sea en la casa, en la oficina, en el gobierno). Hemos sido llamados a imitar a Jesús, que siendo Dios no retiene para sí ese título, y se hace uno de nosotros; que siendo el Señor, se hace siervo; que siendo maestro, se hace discípulo del Padre. Si entendemos esto y lo ponemos en práctica seremos dichosos.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Carohttp://LosPasosDeLosPesos.vox.mx Los Pasos de los Pesos por César Castruita. Informació financiera.
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