domingo, 5 de diciembre de 2010

Vamo chamo, decia Pilarica y todo lo que dice la Gamez lo escucho con atencion como esto: Foro Internacional de Justicia Climática Diálogo de los Pueblos Esmex-Diálogo Climático/Mup-Palas

Mas noticias en http://noti.mx ...Abuelita de batman chin chin si hablo en falso mira Mup Palas, Cancún, Quintana Roo, México

5 de diciembre de 2010

Reciban todos y todas un fraternal saludo a nombre de las organizaciones campesinas que conformamos el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas de México.

Saludamos a nuestros compañeros y compañeras de las organizaciones campesinas participantes en este panel y a Jim Harkness, presidente del IATP, Alberto presidente de la Contag.

En estos meses pasados, nuestro Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas, CONOC, contribuyó de manera importante a la construcción del Esmex-Diálogo Climático y a este espacio de confluencia unitaria y plural de organizaciones y movimientos sociales de México y del mundo entero a favor de la justicia climática, económica y social. Nos sentimos orgullosos de formar parte del Esmex-Diálogo Climático y reconocemos y felicitamos a todas y cada una de las organizaciones y personas de México y a nivel internacional que trabajaron sin descanso por hacer posible el sueño de llegar a Cancún frente a la COP 16 con un espació autónomo, autogestivo, diverso y funcional: ¡el Mup Palas!

El CONOC es una coordinación de redes nacionales y regionales de organizaciones campesinas autónomas que en los últimos quince años ha jugado un papel central en la lucha por la soberanía alimentaria, la revalorización de la agricultura campesina, la producción campesina de alimentos básicos, el manejo comunitario de bosques, la producción sustentable de café de alta calidad bajo sombra, la construcción de organismos financieros autogestivos y de proximidad así como en la defensa de la tierra, los territorios y los recursos de las comunidades campesinas e indígenas.

Nuestro Consejo, el CONOC, está integrado por las siguientes organizaciones: Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS), Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC). Coordinadora Estatal de los Productores de Café de Oaxaca (CEPCO), Frente Democrático Campesino de Chihuahua (FDC), Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ) y la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red MOCAF). Tenemos, además, alianzas con otras organizaciones campesinas nacionales como la Coordinadora Nacional Plan de Ayala y El Barzón así como con diversas organizaciones campesinas regionales.

Somos organizaciones económicas y sociales autónomas, autogestivas y plurales, no vinculadas a ningún gobierno, partido político o empresa. Impulsamos la organización económica campesina autogestiva desde el nivel local, construyendo redes regionales, estatales y a nivel nacional. Trabajamos desarrollando innovaciones para el desarrollo local y las diferentes ramas de producción y nos organizamos también para cambiar las políticas neoliberales hacia el campo.

Nuestras organizaciones jugaron un papel importante en la construcción del Movimiento el campo no aguanta más que en 2002 y 2003 luchó contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por la soberanía alimentaria, el derecho a la alimentación y la reactivación de la economía campesina.

En los últimos años, hemos impulsado la Campaña Nacional por la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo, mejor conocida por la Campaña Sin maíz no hay país.

La Campaña sin maíz no hay país está conformada por innumerables organizaciones campesinas, ambientalistas, de derechos humanos así como por intelectuales, académicos, científicos, artistas y ciudadanos de a pié.

La Campaña sin maíz no hay país lucha en contra de la siembra de maíz transgénico, en un país que es centro de origen y diversificación del maíz. Lucha también por elevar a rango constitucional el derecho a la alimentación y por cambiar el modelo agroalimentario neoliberal por otro que tenga como base: a) la agricultura campesina; b) la agricultura agroecológica; y, c) el control y gestión comunitaria sustentable de los recursos de los territorios rurales en manos campesinas y de los pueblos indios.

Ahora, en alianza con numerosos organismos de la sociedad civil de México y el mundo luchamos por la justicia climática.

Luchamos porque se reconozcan las graves afectaciones del calentamiento del planeta sobre la seguridad alimentaria de México, de por sí gravemente comprometida por el TLCAN, las políticas de dependencia alimentaria y de guerra contra la agricultura campesina. Hoy importamos el 45% de los alimentos de Estados Unidos y, si no cambian las tendencias, para dentro de 20 años, estaremos importando el 80% de los alimentos. México es un país de malnutridos producto del imperialismo alimentario y la subordinación de los gobiernos mexicanos al modelo de agricultura industrial y a las grandes corporaciones agroalimentarias. Hoy, 20% de la población padece hambre y desnutrición, principalmente niños y niñas menores de 5 años y principalmente de las zonas rurales e indígenmas de México. Al mismo tiempo, 30% de la población padece obesidad 7 70% sobrepeso. Somos el segundo país en el mundo con obesidad y el primero en obesidad infantil y en el consumo de refrescos.

También luchamos porque se reconozca n las graves afectaciones del calentamiento planetario a las condiciones de vida de miles de comunidades rurales que han estado afectadas por inundaciones, deslizamientos, sequías, huracanes, tormentas tropicales, alteración de los ciclos hidrológicos, etcétera.

Al mismo tiempo, luchamos porque se reconozca la importancia crucial del campo y los campesinos, las campesinas y los pueblos indios para detener el calentamiento planetario.

Hoy, de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, la gestión de los territorios rurales (agricultura, ganadería, deforestación, degradación de bosques, etcétera) contribuye con el 25-30% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto por los modelos de agricultura industrial y de exclusión de la agricultura campesina y negación de los derechos de las comunidades campesinas y pueblos indios. Si cambia este modelo, será posible disminuir significativamente la emisión de gases de efecto invernadero y desarrollar estrategias apropiadas de adaptación al tiempo que se disminuye la desigualdad y la pobreza de las poblaciones rurales. Para esto necesitamos cambios de fondo en el modelo macroeconómico, agroalimentarios y de gobierno hegemónico a nivel nacional e internacional. En este sentido y de cara a las negociaciones de la COP 16, el CONOC se pronuncia por los siguientes puntos:

Primero.- Exigimos responsabilidad de los gobiernos de los países participantes en la Conferencia de las Partes 16 (COP 16) del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) para acordar un segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kyoto tendientes a lograr una reducción proporcional y significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en todos los países con base en sus emisiones históricas con el objetivo de que la temperatura del planeta no se eleve en más de 1º centígrado y que la concentración de CO2 en la atmósfera sea estabilizada en no más de 350 partes por millón.

Segundo.- Nos pronunciamos rotundamente en contra de que se aprueben y pongan en práctica nuevos mecanismos de mercado de carbono porque promueven la mercantilización y privatización de nuestros recursos naturales y pretenden reducir sus múltiples funciones[1] a una sola –captura de carbono- para permitir que los países desarrollados evadan su responsabilidad de reducir sus emisiones de GEI y beneficiar a las grandes corporaciones y fondo especulativos. La única alternativa viable y sostenible en el largo plazo para la conservación, restauración, protección y manejo sustentable de los recursos naturales (agua, suelo, bosques, biodiversidad) es el respeto a la soberanía nacional y a los derechos de las comunidades campesinas y pueblos indios para acceder, controlar y manejar dichos recursos en forma comunitaria y autogestiva, con apoyo público nacional e internacional.

Tercero.- Exigimos el establecimiento de un fondo climático global justo con aportaciones de fondos públicos de los países desarrollados y con mayores emisiones de GEI en forma proporcional a sus emisiones históricas y a su producto interno bruto. Dicho fondo deberá integrarse con al menos una contribución anual equivalente al 1.5% del PIB de cada país desarrollado y con altas emisiones de GEI y deberá manejarse con independencia del Banco Mundial y en el contexto de las instituciones y mecanismos de la CMNUCC. El financiamiento internacional y nacional para las acciones de mitigación y adaptación no deben circunscribirse únicamente a los temas de deforestación y degradación de bosques en países en desarrollo. Deben, en cambio, ampliarse a todas las actividades de la agricultura, caficultura, fruticultura, ganadería, pesca y la gestión integral de los territorios rurales con base en el respeto a la soberanía nacional, los derechos de las comunidades campesinas y pueblos indios, el reconocimiento de las funciones y contribuciones múltiples de la agricultura y de los territoriales rurales y con base en la revalorización y centralidad de la agricultura en pequeña y mediana escala.

Cuarto.- Nos pronunciamos a favor de las negociaciones y acuerdos multilaterales en el marco de la COP 16 y en contra de las negociaciones secretas, en la obscuridad, impuestas por la prepotencia de unas cuantas potencias como lo fue el mal llamado "Acuerdo de Copenhage".

Finalmente, denunciamos el doble discurso, la demagogia y la simulación del gobierno mexicano en torno a su preocupación sobre el cambio climático: por un lado, en el plano internacional, se presenta como un defensor de las acciones para enfrentar y revertir la crisis climática global y, por otro lado, en el plano nacional, continua aplicando las mismas políticas macroeconómicas, energéticas, agroalimentarias, de transporte, etcétera, que promueven e incrementan la emisión de GEI además de que generan mayor desigualdad económica y social, pobreza rural, dependencia alimentaria, malnutrición, la migración y depredación de nuestros recursos naturales.

Como ejemplo de lo anterior tenemos los siguientes hechos: a) Autorización de siembras experimentales de maíz genéticamente modificado para satisfacer los intereses de Monsanto y poner en grave riesgo la agrodiversidad de los maíces mexicanos, vital para la adaptación frente al cambio climático; b) Promoción de plantaciones forestales industriales privadas en lugar de poner en el centro de las políticas forestales la restauración campesina de los suelos y el manejo comunitario de bosques; c) Fomento y protección de la minería a cielo abierto por empresas trasnacionales violando las leyes mexicanas y los derechos de las comunidades campesinas, los pueblos indios y los pobladores urbanos de las áreas de influencia; e) Promoción con subsidios públicos plantaciones de café robusta genéticamente modificado a cielo abierto para favorecer a la Nestlé en lugar de impulsar y proteger la caficultura orgánica de café arábigo de altura bajo sombra con base en las comunidades campesinas e indígenas; y, f) Promoción de la utilización de tierras de cultivo para el establecimiento de plantaciones industriales de oleaginosas para la producción de biocombustibles y presión al Congreso para modificar leyes que prohíben el uso de maíz para la elaboración de bioetanol, cuando México importa el 40% de sus alimentos y el 20% de la población padece hambre y desnutrición.

Demandamos al gobierno mexicano congruencia y compromiso verdadero frente al cambio climático, impulsando un diálogo y deliberación públicos, la concertación genuina con la sociedad civil para cambiar hacia un nuevo modelo macroeconómico, energético y agroalimentario con perspectiva de Estado y largo plazo.

Por último, el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas de México (CONOC) quiere proponer al Esmex-Diálogo Climático y a este Foro Internacional de Justicia Climática que nos mantengamos unidos, articulados y en lucha no solo ahora, en Cancún, sino también postCancún hasta no ver logrado cambios de fondo en las sucesivas COPs y en México y en cada uno de nuestros países.

Por nuestra parte, como organizaciones campesinas autónomas y autogestivas, nos comprometemos a continuar impulsando y extendiendo nuestras prácticas e innovaciones en la agricultura sustentable de granos básicos, caficultura orgánica bajo sombra, manejo comunitario de bosques, sistemas financieros rurales sociales así como en la defensa y manejo sustentable de los recursos naturales en manos de campesinos y campesinas y pueblos indios.

Frente a la COP 16, la agricultura campesina, el manejo comunitario de bosques y agua, los sistemas financieros rurales sociales, la soberanía alimentaria y el respeto a los derechos de las comunidades campesinas e indígenas representan parte de la solución para detener el calentamiento del planeta.

¡¡¡Vivan las luchas campesinas por la soberanía alimentaria y la justicia climática, económica y social!!!

¡¡¡Viva la unidad de los movimientos sociales de México y el mundo entero!!!

¡¡¡Detengamos el calentamiento del planeta ahora!!!

Muchas gracias.

[1] Producción de alimentos, producción forestal y no forestal sostenible, conservación de la biodiversidad, preservación de recursos genéticos y conocimientos tradicionales, preservación y reproducción de los modos de vida y las culturas de las comunidades campesinas y de los pueblos indios, conservación y protección de las cuencas hidrográficas, preservación de los centros ceremoniales e históricos, captura de carbono, etcétera.

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