De acuerdo con aquellas leyes populares del universo, que dicen que todo lo que sube tiene que bajar y otras como "por que el mas tonto tiene el mejor trabajo" o "por que la mas bonita anda con el más feo", la sustitución de Elba Esther se aproxima.
Eso se sustenta con aquella tradición que ha dado origen al Mexico de hoy, la cual se ha metido hasta los tuétanos en la idiosincracia del pueblo y de la forma de rotación de las élites en el poder. Solamente los que nadan de a muertito se pueden salvar de ello, según se ha observado.
Se trata de una ecuación en donde la variable que pone en marcha el resultado es ni más ni menos que aquella compuesta por la megalomanía, el despotismo y la prepotencia del sujeto en su esfera de poder.
Sin duda Elba Esther reune lo peor de cada una de estas y de otras muestras de la podredumbre de la naturaleza humana.
Aún así, Elba Esther Gordillo tuvo la oportunidad de haber surfeado en la cresta y haber pasado de una ola a otra sin problemas, a no ser porque cree saber todo acerca del poder y de su naturaleza. Aún podría hacerlo, pero eso es contrario a su forma de ser, y lo que ella ha sido siempre, al concepto que ella tiene de sí misma y de lo que la rodea. Sería como si se transformara en otra persona. No ocurrirá.
En el pasado, los poderosos se rodeaban de magos y hechiceros para que les orientaran por si algo se escapaba a su entendimiento. Algunos se entregaron a oscuras, espantosas y asquerosas prácticas para aferrarse al poder. Otros, más civilizados tenían santones y ermitaños en sus montañas, a quienes acudían por consejo.
En el caso de Elba Esther, en tiempos de Fox --padre putativo de Marcelo Ebrard-- claramente dijo que ella negociaba con Dios y con el diablo, cuando le convieniera. Con ello conocemos la naturaleza de sus actos. La historias demuestra que quienes han obrado así, al final reciben la ira de Dios y la del diablo.
Elba Esther es de esa clase de sujetos que creen que no requieren del consejo de los que saben y se ha rodeado, como todos los que al final tuvierton un final triste, de lisonjeros y lambiscones que le dicen sí a todo. Ya lo advertimos antes. Todos los que han obrado así, han hecho de su ruina una historia memorable para un tiempo de charlas de café.
Desde la perspectiva del poder, no se puede negar que Elba Esther fue un factor de estabilidad cuando los presidentes se valieron de ella para consilidar lo que buscaban.
La historia y lo que han observado los estudiosos de la rotación de las élites en el poder, es que cuando un sujeto cree que tiene más poder que el que realmente tiene y así se jacta, lo que sigue es su caída. Mientras sepan reconocer gracias a quién o gracias a qué institución tienen el poder y así le sirvan, pues esa variable no operará en su contra.
Otra variable de la ecuación es la utilidad misma del sujeto. Aunque sea servil al que lo puso, si genera más problemas de lo que se requiere que resuelva, su caida es inminente.
Una variable más es que si no ha sabido aplicar la rotación de todos los mandos, por debajo de sí, uno de ellos se encargará de su caída. El que come de su mesa y el que cuenta con todas sus confianzas. Es una ley del universo.
Digamos que Elba Esther aún podría surfear la cresta triangular, pero como nunca ha acudido a los que saben de eso, pues ¡buena suerte!
Por otro lado, aunque sabemos que las variables de la cresta triangular ya se han configurado, lo principal es que no es posible que siga existiendo un ente que parezca todo poderoso distinto del Estado.
La falacia de todos los déspotas es hacer creer a las masas de ingnorantes, --en este caso de profesores con cerebros acondicionados a conducirse solo en masa ante la voz de un dirigente-- que son indispensables para la defensa de sus derechos, cuando la verdad es que cada individuo libre es capaz de defender sus derechos y los de los suyos --su familia-- y enbseñar eso a los demás.
Cualquier mexicano libre sabe que si usa su razón y el conocimiento, eso es suficiente para obtener lo que el derecho ordena y que no necesita darle nada a satrapas dirigentes de gremios.
En proporción, los hombres y mujeres libres que quieren agremiarse, usan de su razón y de su derecho para obtener lo que les corresponde, sin necesidad de medrar cuotas políticas a costa de terceros.
Los hombres y mujeres libres saben que si se agremian con propósitos políticos, pueden allegarse al poder para realizar los cambios que creen necesarios conforme a la ley, sin acondicionar las mentes de otros ni generar lealtades distintas de las que ordena el derecho y la ley, así como las responsabilidades de cada uno.
Por eso es que una estructura como al del SNTE debe ser eliminada, para dar lugar a que cada quien elija si quiere pertenecer o no a un gremio, o formar un gremio propio en cada escuela, o/y aflilarse desafiliarse de una central.
Mexico no tiene un futuro promisorio si no se elimina el lastre tipo estómago que convierte en deshecho todo lo que toca, con beneficio exclusiuvo de una casta de nobles.
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