La Subprocuraduría de Averiguaciones Previas Centrales, a través de la Fiscalía de Investigación para la Atención del Delito de Secuestro, informó que el Ministerio Público acreditó la participación de los custodios Oswaldo Hernández Piña y Carlos Martínez Mondragón. Agregó que previamente se ejercitó acción penal también en contra de dos internos del Ceresova de Santa Martha Acatitla y de la hermana de uno de ellos, que era la beneficiaria de los depósitos bancarios obtenidos de víctimas y de llevarlo a la prisión.
El fiscal Oscar Montes de Oca Rosales, indicó que de acuerdo con el expediente del caso, una de las víctimas denunció que el pasado 18 de junio recibió llamadas telefónicas de dos personas que se identificaron como integrantes de conocido grupo delictivo de Michoacán y le exigían el pago de 20 mil pesos para no asesinar a su familia. Hizo un depósito bancario por la cantidad solicitada, a nombre de Maribel Hernández Rivas.
En otro caso, el ofendido denunció que el 29 de julio recibió llamadas telefónicas a su centro de trabajo de un supuesto comandante Raúl Salazar, integrante del mismo grupo delictivo, que le pidió 50 mil pesos para no lesionar a familiares. Igualmente, realizó la transacción bancaria. La beneficiaria era, nuevamente, Maribel Hernández Rivas.
Pesquisas realizadas por elementos de la Policía de Investigación adscritos a la Fuerza Antisecuestro permitió ubicar y detener a esa mujer, así como a otros integrantes del grupo delictivo, y descubrir que las llamadas telefónicas para realizar las extorsiones provenían del Ceresova de Santa Martha Acatitla.
La PGJDF ejercitó acción penal en contra de Juan Carlos García Gasca, alias El Gasca o El Polo; David Hernández Rivas (quienes están recluidos en ese penal), y Maribel Hernández Rivas, hermana del segundo sujeto, quien fue consignada ante un Juez Penal por el delito de extorsión agravada en pandilla.
De las investigaciones realizadas por elementos de la Procuraduría capitalina se estableció que los hoy recluidos Oswaldo Hernández Piña y Carlos Martínez Mondragón, que se desempeñaban como custodios, facilitaban el ingreso de Maribel con el dinero producto de las extorsiones al centro penitenciario, el cual era entregado a otro interno al que conocen como El Monstruo que, a su vez, proporcionaba los recursos a los probables líderes de ese grupo criminal.
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